Sustos de muchacha, 2ª edición, Margarita García Alonso, en homenaje a HERIBERTO GARCIA PEñATE

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Con ese algo trágico e inmaterial que hemos perdido en las ofensas del siglo”, con una respiración muy propia, este cuaderno, testigo de su tiempo, centelleante de nostalgia y coraje, irrumpe en la poesía cubana.

Su discurso, a veces sobresaltado, siempre lúcido, nos agarra y conmueve como lo que aspira al infinito pero sin desasirse de la tierra. 

Carilda Oliver Labra.

Sustos de muchacha, Margarita García Alonso, ediciones Matanzas, 1988, prólogo de Carilda Olviver Labra; Fayad Jamís diseñó la portada. Castillo, Alejandro, Efraín, Juanito, Julián, Susana, Fernando, Ernesto, Jorge, Yvette, Yolanda, Lourdes, Guillermo, Luis Marimón y Carbonell tomaron a su cuidado la primera edición de 1000 ejemplares, impresa en el Taller de Divulgación Provincial de Cultura en Matanzas, en septiembre de 1988. “Año 30 de la Revolución”, según consta.

Inicialmente dedicado a mi hija Laura, y al poeta Fayad Jamís. Esta presente edición nombra a mis desaparecidos abuelos Luisa Valero Valero y Gerardo Sabas Alonso, testigos de aquella muchacha, junto a mi padre Heriberto Pascual García Peñate, quien falleció el 16 de marzo del 2013, sin él nada hubiese sido posible, obviedad que cito para justificar este libro, el cual es mecanografiado de punta a cabo para aliviar tanto muerto lejano y no visto, presente en la poeta que soy. Agradecida.

UNA MUCHACHA QUE SE ASUSTA

Por Carilda Oliver Labra

En este siglo de experimentos nucleares y realizaciones de la cosmonáutica, de logros científicos que no habían esperado, resulta un tanto anacrónico y comprometedor llamarse Margarita; nombre que cuadró perfectamente a la musa de Darío y a la heroína que, al decir de Dumas, murió entre camelias menos tísica que enamorada…Pues bien, a la García Alonso, que trabaja en el periódico Girón y en el amor, por más señas; a esa que anda perdida por la ciudad con el sencillo moño, una pluma que se la lleva el viento, y la sonrisa ancha como su alma, le pusieron MARGARITA, y desde entonces está condenada a flor perpetua con todas sus implicaciones. Parece que por tanta carga de perfume y color, de esencia y suavidad, sigue como desquiciada sin más amparo que el de una imaginación portentosa que la salva de mediocridades y tropiezos.

Y es tanto el susto ante la vida cotidiana que ella ha bautizado su primer libro con el título de SUSTOS DE MUCHACHA, o sea, que ya de entrada, se nos entrega con cierto terror.

Si leemos ese breve cuaderno, descubrimos que la temerosa muchacha, aparte del miedo tiene valor, y aquél solamente le sirve para acometer, por contraste, graves empresas amorosas, saltos rebeldes al infinito. Tal conducta la sitúa al lado de esos soñadores que son capaces de retar, vencer, construir.

Porque Margarita siempre está afrontando la realidad como un modo quizás de soñar mejor. Es moderna y libre, y anda transida de tanta ternura que se une a los personajes de su creación cuando “maldice a la locutora que aún sonríe después del ataque a Beirut y a medianoche resuelve como salvar el planeta”.

Esta muchacha establece anímicas asociaciones entre “las muñecas abandonadas que corren por el pasillo y sueñan” y “la guerra que cuenta a los escondidos uno, dos, tres”. Inventa poemas para aliviar el miedo y cuando no puede más se va a oler las vicarias y jazmines de la abuela y a “ver la noche, esperanzada en que es infinita”. Por lo tanto, su imaginación completa el círculo y vuelve la poetisa a quedar de pie, para la lucha diaria a favor del mundo.

MARGARITA GARCIA ALONSO que ha obtenido premios y menciones en los Encuentro Debates de Talleres Literarios y en los Concursos 17 de Mayo y provincial Néstor Ulloa, ejerce el periodismo, la narrativa y la poesía. Pudiéramos acusarla de ser tan violentamente poeta que a veces lesiona su sobriedad de redactora de noticias. Hemos leído informaciones suyas que se desajustan de los modos al uso y caen en el riesgo de la poesía sin más disculpa que su propio afán de libertad. Es aquí precisamente donde a veces rompe relaciones con la sensatez y descubrimos su “yo” anhelante y prisionero de las normas del deber cotidiano.

Margarita está aprendiendo a sujetar esa explosión que se le sale sin disimulos. Si encauza eficazmente tanta soltura y animación podrá resumir en una la doble función del periodista: captar con justeza la realidad y luego verterla en el aliño de la fantasía. Y todo esto, con objetividad, que es condición “sine qua non” de casi todas las variaciones que admite el género. Ese desborde de lirismo, al que hicimos referencia, es característico de su actual narrativa. En la serie de cuentos que intitula “CARACOLITO” _candor y delicadeza_ casi sin darse cuenta Margarita dice cosas que asumen un sentido profundo a pesar de su sencillez, como por ejemplo:

Solo los hombres pueden volar, los pájaros y las mariposas los imitan pero no van tan alto”

En esa prosa tersa dedicada a un hombre amado y que se ha revertido en cuentos propios para niños, hay tanta poesía como en sus mejores versos aunque tal vez expresada de forma más perceptible. Buen ejemplo de esto es el siguiente concepto:

Y pasaban los ciclos de espera en su casita, y comenzó a sospechar que aquel mundo era un hombre, sí, un hombre. Sólo ellos tienen diversas inclinaciones. “Es un hombre -se dijo – y ahí nunca ha podido penetrar un caracolito.

Versos suyos que aparecen aquí ayudarán a este análisis, a vuelo de sputnik, de la obra incipiente de la margarita a quien la vida no podrá arrancar sus pétalos porque son de vuelo y luz.

En el poema “EL VIENE” logra una atmósfera de imposibles, de pasado y presente a la vez. Es un hombre entrevisto entre brumas, que viene desde otros mundos, de siglos atrás y al que ha amado siempre pero volverá a perder. Ella misma, también, al ver sus ojos tristes, vuelve a morir. No es, en definitiva, sino la eterna búsqueda del amado, a quien ha presentido pero cuya forma no se incorpora a los seres reales: bello asunto tratado con fortuna.

El VIENE/Las vendas de La Bastilla aún cubren su rostro/a mis manos se enhebran/ recostado a los muros sonríe/enseñándome a otros soldados/en la hierba del patio.//De lejos viene noche tras noche/a buscarme en los sueños/donde le espero con espanto/de que escape.//No sé el nombre que le vestiría de humano/ reconozco que desangra y deambula ebrio/por los siglos/sin cambios de casaca/sólo presintiendo mi memoria.//Esquiva mi tono/murmura no sé qué año donde encuentro/que allí estuve/rasgando sayuelas condenada.//Cuando veo sus ojos tristes/ vuelvo a morir.

En el segundo poema: “DE VEZ EN CUANDO”, exhibe un final optimista. La temática del tiempo subyuga con permanente acoso a esta mujer que apenas traspasa los límites de la adolescencia, y que, aunque parece alegre exteriormente, está sujeta a una angustia existencial.

DE VEZ EN CUANDO/Una muchacha profundamente vieja/golpea los muebles/ante el recién graduado/que estremece milenios y no entiende,/no sabe que mueren cientos a diario/de hambre o de amor/y no entiende.//Una muchacha profundamente vieja/no se puede extirpar en las esquinas/donde desangra, de vez en cuando,/y renace las más.

Esperamos que gane esa batalla contra la desolación interior. Este poema augura que MARGARITA nunca perderá ese tesoro del verdadero poeta: la esperanza.

Diciembre de 1986.

(Publicado en el No. 52 del YUMURI, semanario cultural del periódico Girón, Matanzas, Cuba, correspondiente a esa fecha)

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En homenaje a mi padre HERIBERTO GARCIA PEñATE, 17 DE MAYO 1942, fallecido el SABADO 16 de marzo 2013, en la CIUDAD DE MATANZAS, CUBA