El pueblo cubano no será nunca más, desde el 11 y 12 de julio del 2021, rehén de nadie, por ZOÉ VALDÉS

Circula un documento infame firmado, entre otros, por algunos que se hacen llamar intelectuales y no opositores que, a costa del dolor de Cuba, en numerosas ocasiones han recibido prebendas y premios de instituciones y gobiernos. El mencionado documento se titula Al pueblo cubano y la izquierda internacional.

Debajo, dejo mi respuesta a ese llamado que se dirige al pueblo de Cuba y a la izquierda mundial:

  • El pueblo cubano no será nunca más, desde el 11 y 12 de julio del 2021, rehén de nadie, de ninguna ideología ni de ningún régimen o gobierno de izquierdas, como del Gobierno español actual, traidor de nuestras justas aspiraciones de libertad. El pueblo cubano es su propio líder y nadie puede robarle su palabra ni representarlo ante el mundo ni ante ninguna tendencia política.
  • Hoy, en Cuba no se manifiesta ninguna «crisis estructural profunda» -cito el documento-. En Cuba existe una tiranía desde hace más de 63 años. La «precarización» de la vida no fue lo que condujo a las personas a las calles entre los días 11 y 12 de julio del 2021, fue la ausencia absoluta de libertades. El embargo norteamericano denominado vilmente en ese documento «hostiles sanciones estadounidenses» tiene razones de ser que no explicaré aquí -la ley y la Constitución de 1940 las explica mejor que yo-; por otra parte, no ha impedido jamás ni impide que: Estados Unidos envíe millones de dólares en concepto de ayudas sociales y caritativas, además en remesas desde los bolsillos de los protagonistas del exilio que constituye más de veinte por ciento de la población cubana que vive y trabaja fuera de la isla. El embargo norteamericano no impide que el régimen comercie incluso alimentos con la isla, como la venta de patas de pollos (qué humillación); mucho menos prohíbe que el régimen de la isla complete jugosos negocios con el resto del mundo, incluida China, que con USA es una de las mayores potencias comerciales del mundo. Si a esto añadimos los millones recibidos por la condonación de la deuda, cada año, desde el Club de París, entonces sólo queda reafirmar que todo esto no es más que sinvergüencería por parte del régimen castrista y de su supuesta intelectualidad fraude. «En el marco», escriben, con ese lenguaje de oficinista comisaria (perdón a las oficinistas) de baja estofa que siempre les ha caracterizado en el lenguaje y en el estar, cuanta desidia. El único «marco» es la horrenda y férrea tiranía que obliga a ese pueblo a ser esclavo, renuente de sus derechos. Ninguna de sus babas politiqueras funciona ya más, sépanlo.
  • La pandemiasin duda alguna, contribuyó a encerrar y rebajar más a ese país; sin embargo, desde que muchos tenemos uso de razón (1959) el régimen ha comprometido a su favor las iniciativas privadas de los cubanos, primero privatizándolas y confiscándolas, luego controlándolas tenazmente como cuando en los años 80, con aquellos célebres Sábados de la Plaza, encarcelaron a artesanos y comerciantes por el mero hecho de que empezaron -¡por fin!- a ganar dinero con sus propios productos. La política del régimen siempre ha sido la del embudo, lo ancho para ellos, lo estrecho para el pueblo; hoy abren y mañana cierran. Cierran, por supuesto, los negocios de los cubanos de a pie, porque los de ellos siempre están abiertos y chupando por un tubo y siete llaves, vampirizando como hicieron cuando existía el CAME y la invasión soviética a la isla, después con Venezuela, y así…
  • 63 años aguantando interminables abusos por parte de un régimen que no permite que nadie gane más que él, que nadie se enriquezca, que nadie tome la iniciativa del poder económico. Basta ya de discursos huecos dirigidos a una izquierda que la mayoría de las veces ni siquiera se interesa en el destino del pueblo cubano como no sea para beneficiarse y esclavizarnos todavía más. Dejen el miserabilismo y pónganse a pensar de verdad, dado que se hacen llamar intelectuales.
  • No hay «decadencia» alguna en la salud, educación, deporte y cultura. De ninguna manera. Sólo existe una ideología macabra y controladora que restringe la salud, la educación, el deporte y la cultura a sus meros intereses políticos. Los médicos son esclavizados, a los entrenadores y maestros no se les permite más que a adoctrinar, y la cultura es lo más camp ridículo y vejatorio del izquierdismo internacional, desprovista de pensamiento y de filosofía, como no sea para echar mano del baratucho incompetente de lo más estereotipado que es el marxismo cultural y de los estrafalarios intercambios culturales-ideologizantes de los que exclusivamente se benefician los artistuchos plegados al régimen mediante sus loas, mezquinas, y cobardes declaraciones.
  • Por otro lado, lo que precipita al exilio -que ahora llaman «éxodo», menos mal, un tiempo antes lo definieron como «diáspora», cualquier terminología absurda antes que exilio que es lo que detalla en más del último siglo a aquellos que huyen perseguidos en los totalitarismos- es la carencia total de libertades impuesta por el castrocomunismo.
  • Las familias cubanas fueron destrozadas por la tiranía castrocomunista, en eso llevan razón, y la economía ¿»general»? (qué significa ese vocablo vacío), la economía es o no es. En este caso no es, no existe. No existe porque no tienen proyecto económico ni nunca lo tuvieron como no sea el del continuado destrozo del país desde hace más de seis décadas. Ahí sí que ha habido continuidad inmoral con una sola mala idea: destruir un país próspero y rebajarlo a la nada rutinaria, a la pesadilla cotidiana.
  • Cuánta maledicencia encierra este párrafo: «En las protestas sociales de julio, las mayores después de 1959, hubo conductas violentas y enfrentamiento físico de ambas partes…». NO. A una manifestación pacífica la tiranía respondió con violencia, tanto es así que el títere del castrismo, Miguel Díaz-Canel, llamó a un enfrentamiento en las calles y clamó desde su tribuna de poder por una guerra civil. Una guerra civil, reitero, que se dice rápido, viendo lo que estamos viendo hoy en día en Ucrania invadida por Rusia. Por cierto, Vladimir Putin fue el primero en salir en defensa del régimen y en situarse en contra del pueblo cubano tras los eventos del 11 y 12 de julio del 2021. No lo olviden. No veo ni una sola condena contra este criminal invasor en el documento de marras. Pues claro que no, si la izquierda internacional a la que va dirigido en gran mayoría apoya a Putin frente al pueblo ucraniano.
  • Sabemos perfectamente cómo funciona la «violencia» en Cuba. A los militares los disfrazan de civiles (Brigadas de Respuestas Rápidas) y éstos salen armados con palos, cabillas, y hasta con armas de guerra. A matar. Eso fue lo que hicieron. No hubo ningún muerto ni apaleado del lado del régimen. Sin embargo, del lado del pueblo cubano sí hubo tres muertos: dos jóvenes y una madre que se suicidó al conocer la noticia del asesinato de su hijo, más numerosos heridos y 921 detenidos, procesados y condenados. Liquidar de un plumazo el tema alegando que por ambas partes hubo violencia justifica en buena medida las gravísimas penas impuestas a participantes en las manifestaciones del 11 y 12 de julio, no aboga por sus libertades, ni mucho menos clama justicia para ellos.
  • Por supuesto que los represores permanecen «impunes», llevan seis décadas encarcelando, torturando, fusilando, y expulsando del país, y permaneciendo «impunes», en gran medida gracias por el apoyo de esa izquierda internacional a la que estos diz que intelectuales de la transición fraude se dirigen, en buena medida gracias a los que firman ese libelo.

Después viene el párrafo típico de los peores traidores a la diversidad de pensamiento, como es lógico y se deriva del comportamiento de esa izquierda rancia y desesperada, que sabe que han perdido terreno y poder en el mundo. O sea… uf, qué pereza… Tildar de derechistas a todos los que no piensen y actúen como ellos, o sea de fachas, o de lo que sea, con tal de robarnos la razón. Porque saben que nunca como ahora la razón está de nuestra parte. Porque ya no es Cuba sola, también buena parte del mundo lucha por liberarse de toda esa ideología atrasada y de sus métodos, importados desde Cuba, con su nefasto producto de marketing: el de la revolución cubana, que no es más que tiranía castrocomunista a pulso. Eso, ya el mundo lo sabe, porque lo está padeciendo, mediante mensajeros como estos que ahora firman ese oneroso panfleto.

ZOÉ VALDÉS

Clamor por el pueblo cubano, que no será rehén de nadie

Cuba necesita de la verdad y de la compasión para, por fin, alcanzar un cambio radical a su entera libertad en todos los rangos de la vida.